El curso apunta a presentar las nociones básicas sobre infraestructura desde una perspectiva económica, presentando los principales sectores, sus especificidades, el rol del Estado, el papel de la política pública y la regulación a nivel nacional y subnacional.
La infraestructura y la energía moldean de un modo fundamental las condiciones bajo las cuales se desarrollan las actividades productivas así como aquellas que determinan la calidad de vida de la población. La falta de infraestructura adecuada supone problemas o la falta total de competitividad de las economías a nivel regional, nacional, subnacional y condiciones de precariedad y pobreza para su población. Mejorar entonces el estado de la infraestructura es un objetivo prioritario en América Latina.
El papel de la infraestructura en el desarrollo productivo de los países ha recibido considerable atención en el debate público y académico. Existe evidencia empírica de que la infraestructura contribuye positivamente a estimular la productividad, el enraizamiento productivo, la inversión y el desarrollo económico. Sin embargo, dicho impacto es contingente a una serie de dimensiones contextuales como el perfil de especialización productiva, los montos y el tipo de inversión, las características institucionales de los países, entre otros. En este sentido, la conexión entre infraestructura y desarrollo es una relación bidireccional. La dinámica económica y social espacial da lugar a flujos que, por lo general, circulan a través de redes de infraestructura. Sin embargo, la existencia de las redes no garantiza su eficiencia.
Los servicios públicos de infraestructura se caracterizan por tener economías de escala y alcance, basarse en tecnologías de provisión en redes, la baja elasticidad-precio de la demanda, la falta de alternativas sustitutas aceptables, las externalidades positivas asociadas, entre otras. Asimismo, son todas industrias capital-intensivas y sus inversiones son específicas e irreversibles.
El Estado tiene un rol esencial en la planificación, coordinación, provisión, regulación y control. Estas funciones se han ido transformado desde la provisión de infraestructura y servicios públicos por parte de grandes empresas estatales a la desintegración privada, con proceso de desregulación, segmentación, privatización así como el retorno gradual a la regulación estatal y reestatización de empresas. Existen diversos esquemas de institucionalidad, con ventajas y desventajas que deben ser comprendidas y tomadas en cuenta a la hora de proponer determinados arreglos institucionales en cada país o provincia.
Es por esto que el diseño estructural de los servicios públicos de infraestructura es una tarea estratégica para el desarrollo, que involucra activamente al sector público y al privado. Las consideraciones respecto al aprovechamiento de economías de escala y alcance, los riesgos de conformación de monopolios, la integración del territorio, entre otros, constituyen aspectos que deben ser considerados en la planificación y la gestión de la infraestructura.
La cuestión de la infraestructura ha sido un tema recurrente en el análisis de la problemática del desarrollo en América Latina. La deficiencia de la infraestructura existente, las políticas correctas para fomentar su crecimiento, el papel del sector público y del privado, han sido motivo de debate tanto político como académico en la región.
Docentes: Mg. Cecilia Fernández Bugna y Lic. Guido Perrone